MIGRAÑA

¿QUÉ ES UNA CEFALEA MIGRAÑOSA?
El dolor de Cabeza puede surgir sin aviso o ir precedidos de fenómenos premonitorios, que son conocidos como aura.    Existe un sin número de modalidades de auras, pero tanto el tipo como su manifestación suelen suceder de la misma manera en una persona cada vez que le llega una Migraña. En consecuencia, cuando el sujeto percibe esas molestias, le resulta evidente que el dolor se va a desatar en cualquier momento.
La fase dolorosa se caracteriza por dolor pulsátil, de intensidad creciente, ubicado en cierta zona de una mitad de la cabeza. Los sitios de mayor incidencia son las sienes o la frente, pero no es raro sentir las palpitaciones a partir de un ojo, la base de la nariz o también desde la región occipital, allí donde la gente acostumbra decir "me duele el cerebro". La ubicación puede cambiar de lado. Esta característica reviste importancia para las consideraciones diagnóstico-diferenciales, pues no es un fenómeno privativo de las migrañas, sino que permite descartar la posibilidad de lesiones intracraneales subyacentes, focalizadas o difusas, progresivas y/o graves.
Otro signo distintivo es una sensación de calor sobre la zona dolorosa. Además, cuando la persona se toca el área dolorosa y caliente, siente las pulsaciones. Conforme el dolor aumenta de intensidad, siempre palpitante, la dolencia se puede propagar hacia áreas vecinas e incluso abarcar toda la cabeza.
La magnitud del dolor guarda dimensiones propias en cada individuo. Sin disponer de explicación plausible, el mismo sujeto lo puede sentir más o menos severo en cada ocasión.
En casi todos los casos se presentan síntomas y signos concomitantes, señales características, distintivas de migraña. Las más características son: hipersensibilidad a la luz y a los ruidos; náuseas con y sin vómito; sudoración fría. La palidez facial y las ojeras son signos muy constantes. Todas estas molestias van cediendo poco a poco conforme el dolor va desapareciendo.
La duración del ataque Migrañoso varía, puede ir de 15 a 30 minutos o permanecer días, incluso semanas. Pero así como sucede con cualquier otro fenómeno biológico, no hay reglas ni criterios fijos para saber cuánto tiempo ha de durar, aun en la misma persona y de crisis a crisis.
Los Ataques Migrañoso son capaces de impedir actividades cotidianas, provocan ausentismo laboral y matizan el sufrimiento del Migrañoso según la intensidad del dolor, la severidad de los síntomas acompañantes, así como la duración y la frecuencia de los ataques.
No es posible predecir incidencia ni frecuencia de las migrañas. Sin embargo, algunas personas tienden a sufrirlas en determinadas épocas del año o bajo condiciones atmosféricas peculiares; muchas otras las relacionan con fenómenos biológicos (menstruación, ayuno) o con ciertas situaciones emocionales (estrés, fatiga, insomnio), y la mayoría de los magañosos conocen sus factores desencadenantes.


Alimentos y bebidas
Ciertos alimentos y determinadas bebidas son factores que pueden desencadenar una migraña; son tan evidentes que las personas los tienen bien ubicados y procuran evitarlos. Por ejemplo, el chocolate en diversas presentaciones -hasta cuando se utiliza para postres y helados-; comidas muy grasosas o condimentadas; antojitos mexicanos y mole poblano (el que lleva chocolate); salsa de soya y salsa inglesa; quesos fuertes (tipo manchego, camembert, brie, roquefort o más fuertes); nueces de todos tipos y presentaciones, así como cacahuates. Entre las bebidas, el vino tinto a casi todo Migrañoso le provoca el dolor; los licores y los destilados más aromáticos y oscuros como rones, brandéis, etc. La cerveza oscura también, así como la Coca-Cola, en especial light, característica que comparte con todas las bebidas de ese tipo. Desde luego, no son los únicos, y cualquier otra comida o bebida es capaz de desatar el trastorno en personas susceptibles; detonadores que, por lo general, ellos conocen y evitan.


Características de género
Las migrañas afectan con mayor frecuencia a las mujeres que a los hombres de 1-3. Lo habitual es que en ambos aparezcan durante adolescencia y aunque es más frecuente en la edad adulta. La evolución y el pronóstico son diferentes para cada sexo. En las mujeres las migrañas tienden a desaparecer hacia los 45 o 55 años de edad, incluso sin tratamiento especializado. En cambio, en los hombres esto casi nunca se da. Ellos son proclives a seguir con la molestia, en ocasiones con intervalos prolongados e impredecibles, sin guardar relación con la edad. Asimismo, la respuesta al tratamiento específico es más satisfactoria y efectiva en ellas que en ellos. Por lo tanto, si las pacientes siguen las indicaciones terapéuticas en forma apropiada, se puede llegar al control total del padecimiento, incluso se pueden curar.


Generalidades acerca del manejo
El tratamiento se basa, por un lado, en evitar hasta donde sea posible los factores reconocidos como desencadenantes, medidas dietéticas y de salud, así como en la prescripción e ingesta apropiada de medicamentos con acción sobre las alteraciones fisiológicas reconocidas como las causales del dolor. Pero es necesario recalcar: no se trata de analgésicos propiamente dichos. Los analgésicos comunes en general no logran interrumpir el fenómeno Migrañoso, ni siquiera lo hacen en el momento agudo de crisis, mucho menos para el manejo crónico del padecimiento.
Existen dos grupos de antimigrañosos, de relativamente reciente introducción, que son útiles y efectivos, aunque los fármacos utilizados con anterioridad se deben mantener presentes.
En este punto es necesario subrayar que cuando en realidad se trata la migraña, no existen recursos quirúrgicos para manejarla y los métodos conocidos como de "medicina alternativa", del tipo que sean, no tienen efecto ni indicación antimigrañosa.


Causas                    
Por cuanto a sus causas e, insisto, mientras en verdad se trate de migraña, se puede afirmar que no son consecuencia de afecciones o lesiones intra cerebrales como golpes contundentes, infecciones, tumores, cisticercos, etc. Y, sin embargo, aun cuando el fenómeno causal de la cefalea migrañosa se considera entendido, el mecanismo intrínseco que lo provoca continúa en investigación. Se ha logrado establecer que la migraña es consecuencia de variaciones repentinas -pero pasajeras- del volumen circulatorio en las arterias meníngeas, casi siempre en las zonas frontales o temporales. Aquí cabe recalcar que no se trata de los vasos del cerebro, pues ese órgano carece de terminaciones nerviosas para dolor. En cambio, las meninges -tejidos envolventes, protectores, sustentantes del encéfalo-, sí son muy sensibles y transmiten dolor cuando se las comprime, lesiona, desgarra o sufren falta de oxigenación por alteraciones en la irrigación sanguínea.
La sintomatología inicial obedece a la disminución del volumen circulatorio, resultado de la contracción de vasos meníngeos en cierta región. En consecuencia, decaen flujo, aporte sanguíneo y oxigenación en el área, y el sujeto empieza a sentir dolor en ese sitio. Durante esta etapa también ocurren alteraciones vasculares en el sistema neuro -vegetativo y ciertos centros neurales. Éstos son los responsables de los fenómenos premonitorios y de los síntomas acompañantes. El proceso vaso constrictivo va seguido del fenómeno inverso y entonces esas mismas arterias se dilatan hasta alcanzar diámetros mayores de los habituales. De esta suerte generan un volumen circulatorio mayor del normal y provocan el carácter pulsátil propio de la sensación dolorosa, palpitaciones intensas, perceptibles visual y táctilmente, así como el calor localizado. Sin embargo, y aun cuando las investigaciones al respecto son muchas y variadas, el porqué y cómo todo esto sucede de manera tan localizada, no se conoce. Esto último es el motor para los estudiosos de trastornos neurológicos en todo el mundo y, aunque inconclusos, permiten llegar al tema con bases neurofisiológicas razonables, que han permitido desarrollar posibilidades para ayudar a los pacientes a resolver el problema.


Sintomatología característica
Las molestias son muy distintivas. Aquí cabe recordar que 'clínica' deriva del griego clinos (clinós): 'inclinarse', 'agacharse'. Esto hace referencia a la actitud que ha de adoptar el médico para escuchar e interrogar con atención e interés a su paciente, observarlo y, por último, explorarlo. Al abordar casos de cefalea y con mayor razón, los de migraña, esta actitud se hace patente. Para identificarlos y diferenciarlos, el interrogatorio es básico. Cuando se realiza con orientación adecuada, evitando en todo momento preguntas sugerentes, se llega a establecer un diálogo esclarecedor. Si los pacientes colaboran, ellos mismos aportan los elementos básicos y los datos necesarios para dar fundamento al diagnóstico.
Los síntomas premonitorios (auras) son percepciones sensoriales, las más frecuentes de tipo visual. Aunque por lo general desembocan en un ataque doloroso, en algunas ocasiones pasan sin que aparezca dolor. Algunas personas sienten adormecimiento en la zona donde se ubicará el dolor. En ciertas formas de migraña aparece debilidad y aun parálisis en alguna extremidad. Casi siempre los dolores ceden a intervalos y las funciones afectadas se restablecen de manera total en lapsos no mayores de una hora. Para que la crisis dolorosa ceda, cada persona requiere atención personal y específica -ciertos medicamentos, descanso, irse a dormir, etcétera.
Algunas personas perciben, horas e incluso días previos a sufrir una crisis Migrañosa, diversos trastornos de tipo general y tan inespecíficos como mal humor, problemas para dormir o sensación de que 'algo' extraño les puede suceder.
Las auras de tipo visual pueden ser:

    • Escotomas, así se llama al punto ciego que aparece en el campo visual de un ojo, el del  lado donde se instala el dolor.
    • Amaurosis o pérdida de la visión en todo el campo visual, por lo general en un solo ojo,  aunque en algunas personas puede ocurrir en ambos.
    • Lluvias de luces como estrellas o simples chispas.
    • Sombras coloreadas de formas redondeadas, a veces geométricas o también caprichosas.
    • Deformación de las imágenes visuales o aparición de halos alrededor de ellas. del volumen circulatorio en las arterias meníngeas.
  • Un Médico, Neurólogo y Literato, Oliver Sacks, las describe de manera clara en su libro La jaqueca, una serie de casos relatados anecdóticamente que es interesante, si lo encontrasen.
  •   Aunque se describen, no es frecuente que las auras magañosas incluyan fenómenos propios de otros sentidos, como el tacto o el oído. Y, aun cuando llega a ocurrir, no es común que, como preámbulo, las personas lleguen a sentir falta de equilibrio, pierdan la conciencia o sufran caídas y/o convulsiones. En estos casos se recomienda prudencia, analizar con cuidado las circunstancias del suceso y, de preferencia, solicitar consejo médico neurológico, procurando dar fundamento al diagnóstico diferencial.
  • La molestia dolorosa se instala de repente. De manera característica tanto la intensidad del dolor como las pulsaciones van de menos a más. Hay quienes dicen sentir como si les martillaran la cabeza por dentro. De la sensación de calor en el área dolorosa proviene el uso de los llamados 'chiqueadores', emplastos hechos con plantas frescas como lechuga, papa o alfalfa. Éstos, concebidos por los indígenas desde las épocas prehispánicas, se aplican sobre ambas sienes buscando refrescar la zona y mitigar así la dolencia. De hecho, muchas personas refieren alivio. En la actualidad prefieren aplicar envoltorios con hielo sobre el área o colocar compresas frías. Hay quienes sienten descanso con estas maniobras simples. Cuando la intensidad dolorosa alcanza grados elevados, la sensación se describe como si la cabeza estallara. De aquí que quienes así lo sienten procuren liarse la cabeza, incluso de manera constante, a modo de prevenir ataques sucesivos de migraña. Al parecer, ésa es la explicación de por qué Morelos llevaba un paliacate amarrado en la cabeza.
  • La fuerza del dolor tiende a permanecer invariable durante intervalos impredecibles. En casos graves puede durar varios días y aun meses, tal como sucede con un tipo peculiar conocido como 'cefalea en racimos'. La intensidad puede alcanzar magnitudes desesperantes y no ceder en modo alguno durante tiempos prolongados. Tales circunstancias pueden ser tan insoportables que se han reportado casos de suicidio.
  • La hipersensibilidad a la luz y a los ruidos son molestias que se magnifican conforme la intensidad del dolor crece. Ambas circunstancias obligan al paciente a tratar de mantenerse aislado, en un lugar oscuro y silencioso.
  • La palidez cutánea y la aparición de ojeras se explican porque entre las bases neuro-fisiológicas de estos trastornos se sabe de la participación del sistema neuro-vegetativo. De aquí también resulta cierta sensibilidad de algunos magañosos para exponerse al sol, la susceptibilidad de otros ante el calor o el frío y a veces también para el ayuno.
  • De manera peculiar, las migrañas cuentan con un factor hereditario. Existen grupos familiares en los cuales a partir de que un familiar comienza a tener migrañas, y sin tener evidencia del porqué, varios miembros de generaciones sucesivas pueden presentarlas.

Tipos peculiares de migrañas

  • Migraña hemipléjica familiar (MHF)
  • El enunciado indica ya rasgos singulares, pues, en efecto, es de las condiciones magañosas que, de manera distintiva, pueden afectar a varios miembros de una familia. 'Hemipléjica' se refiere a un signo característico, pues el ataque transcurre acompañado de sensación de debilidad en grados variables, desde un leve adormecimiento con afectación moderada de la fuerza en alguna extremidad -la superior, la inferior o ambas-, contraria al lado donde se percibe el dolor, que puede llegar hasta la incapacidad total para moverla.
  • El trastorno se puede instalar como parte del cortejo de avisos, durar tanto como el dolor y debe desaparecer al tiempo que disminuye el dolor o, cuando mucho, una hora después de que éste cede. Aunque lo habitual es la recuperación íntegra de la función en ese lapso, hay quienes saben que en ellos puede tardar de dos a cuatro horas. Pero, en todo caso, si el trastorno no desaparece, es necesario recurrir a la consulta neurológica pues -y no importa si se trata de la forma familiar o de un caso aislado-, el llamado 'infarto Migrañoso' es una complicación, si bien bastante rara, posible. Se debe sospechar cuando la afección motora no cede o se agregan signos y síntomas en las extremidades afectadas, señales neurológicas reconocidas como propias de afecciones cerebrales localizadas.
  • La MHF tiende a surgir a edades tempranas, incluso desde la niñez. Cuando evoluciona así como he descrito, con recurrencias y recuperaciones repetitivas, sin consecuencias, por lo general no se encuentran condiciones patológicas capaces de explicar su causa, aunque se realicen estudios neuroimagenológicos  -los conocidos como tomografía computada (TC) o resonancia magnética (RM)-. En cambio, si se trata de individuos que sufren el trastorno por primera vez y además acusan algún signo neurológico persistente, la consulta con el especialista y los estudios de TC y/o RM se hacen indispensables.
  •   Las perspectivas para controlar, aliviar y quizá curar la MHF dependen de la respuesta a los fármacos específicos y de las neuroimágenes.
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Migraña oftalmopléjica o enfermedad de moebius (EM)

  • Esta forma también implica un trastorno motor, sólo que aquí la estructura neurológica responsable de los signos y síntomas acompañantes, razón de su denominación, es el tercer (III) nervio craneal, el del lado en donde se asienta el dolor.
  • Tenemos doce pares de nervios craneales que emergen de la base de cada hemisferio cerebral y, siguiendo trayectos simétricos, terminan en estructuras específicas en la cara, el cuello y el abdomen. Éstas son, por ejemplo, la mucosa nasal, los ojos, el oído interno, la lengua., es decir, elementos muy especializados que permiten percibir aromas, imágenes visuales, oír, mantener el equilibrio, detectar sabores, etcétera.
  • Los nervios transportan las sensaciones hacia los centros cerebrales en donde se hacen conscientes, participan de los complejísimos procesos cognitivos y todo lo que éstos implican. Cada par de nervios recibe su nombre de la función que realizan y así existen los nervios olfatorios, ópticos, estato-acústicos, faciales, etc. De esta suerte, cuando se alteran, la exploración neurológica permite inferir el lugar y el tipo de afección que está impidiendo su efecto. El tercer par, llamado oculomotor, es el conductor de las señales necesarias para realizar los movimientos para girar los ojos, ver hacia arriba, abajo, al centro y a los lados. También es responsable del abrir y cerrar de los ojos. Asimismo, facilita las respuestas reflejas de la pupila -la llamada 'niña de los ojos'- a los estímulos luminosos: contracción cuando la luz aumenta (miosis), y dilatación (midriasis) cuando disminuye; además, al enfocar objetos cercanos ocurre midriasis, o miosis si están lejanos. Y en segundo lugar, permite la respuesta refleja corneal, que consiste en el parpadeo de defensa del ojo ante el roce con objetos capaces de lastimarlo, en especial cuando se toca la córnea.
  • Como consecuencia de la afección del nervio oculomotor concomitante a los trastornos responsables del ataque Migrañoso, el sujeto aparece con el ojo cerrado, pues no puede levantar el párpado; cuando quien lo atiende le abre el ojo levantándole el párpado con suavidad, observa la pupila dilatada, y si la alumbra, no se contrae. El globo ocular aparece desviado hacia fuera. Si el explorador roza levemente la córnea con un hisopo, el parpadeo reflejo no se produce.
  • Aun a pesar del cuadro tan aparatoso, la función del nervio oculomotor se recupera conforme el dolor cede, a lo sumo una hora después. De otra manera, lo dicho para la MHF es válido y se debe seguir la misma conducta.
  • No hay preferencia de género o edad para la migraña oftalmopléjica. El pronóstico, dados los recursos médicos actuales, siempre y cuando no existan complicaciones, se califica como bueno, pero se recomienda buscar atención especializada.
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Migraña 'en racimos' (o de Horton)

  • Esta forma se presenta con crisis dolorosas muy seguidas, se diría como apeñuscadas (de allí lo de 'en racimos'), que surgen una tras otra, con toda intensidad, a intervalos variables pero por lo general breves. Los accesos persisten durante varios días, hasta varias semanas, y son muy rebeldes al tratamiento. Se acompañan de toda la cauda de síntomas agregados, pero todos ellos son casi siempre de intensidad mayúscula e incapacitante.
  • No es raro que los pacientes requieran ser hospitalizados para poder romper con la circunstancia. Sin embargo, los problemas inherentes a las dificultades para el manejo adecuado, especializado y efectivo han condicionado que esta forma de migrañas haya propiciado casos de suicidio.
  • Quienes padecen cefalea de Horton tienden a sufrir los ataques en ciertas épocas del año y el peligro de tenerlos permanece patente cada nuevo verano o invierno y dicen: "Sé que en cualquier momento entre noviembre y enero me  puede llegar, por eso en esa época me cuido más." El cuidado se refiere a evitar los detonadores de su dolor.
  • No se refiere preferencia de género. Por cuanto a la edad, son más comunes entre los adultos jóvenes. No parece haber tampoco una tendencia familiar.
  • Al igual que lo observado en la mayoría de personas magañosas, ni los estudios clínico-neurológicos ni los de gabinete neurológico -TC, RM y EEG (electroencefalograma)- descubren afecciones neurológicas capaces de generar la migraña en racimos típica.
  • La respuesta al tratamiento de la crisis aguda en ocasiones no resulta ni tan rápida ni halagüeña. Para dominar la crisis se requiere intervención especializada, y no es raro que sea necesario hospitalizar al paciente. Una vez superado el evento se recomienda seguir en tratamiento neurológico.

Migraña basilar

  • El nombre obedece a que el trastorno se produce por cambios volumétricos de la arteria basilar. Ésta es la rama de las arterias de la base del cerebro encargada de llevar la sangre a los lóbulos occipitales. Por tanto, los síntomas distintivos obedecen a los efectos de los trastornos circulatorios sobre las estructuras neurológicas de la base del cerebro y del tallo cerebral. Los más frecuentes son alteraciones en los campos visuales de ambos ojos, tartamudeo, vértigo, zumbido de oídos con o sin disminución de la capacidad auditiva concomitante, visión doble y desequilibrio al caminar. Desde luego, este cuadro es impresionante y provoca reacciones de ansiedad tanto en los pacientes como en quienes los rodean, incluso en algún profesional en procura de atenderlos. Sin embargo, tal como sucede con las demás alteraciones de los ataques Migrañoso, estos síntomas deben ceder al cesar el achaque doloroso. De otra manera, y ya sea que el dolor no ceda o que los signos y síntomas acompañantes no remitan, la conducta es acudir de inmediato por ayuda especializada.
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Complicaciones

Estado Migrañoso

  • Esta circunstancia se refiere a la posible aparición de cualquiera de los tipos descritos como crisis sucesivas, de manera ininterrumpida o con intervalos muy breves entre cada una y durante periodos variables: desde media o una hora, hasta más en un solo día. Solamente se logra interrumpir mediante tratamiento especializado; en algunos casos el fenómeno se agota por sí solo. El por qué de esta situación se desconoce y no siempre se identifica factor desencadenante, pero en todo caso no es algo frecuente. Si la respuesta al tratamiento especializado resulta adecuada, el pronóstico se considera favorable.
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Infarto Migrañoso

  • Esta complicación se refiere al hecho, en extremo poco frecuente aunque posible, de que sucede cuando un ataque Migrañoso -del tipo de migraña que sea- se complica con un infarto cerebral, por lo general de tipo isquémico. Esta complicación se debe sospechar cuando los síntomas y signos acompañantes del acceso persistan aunque el dolor haya cedido. En algunos casos, sobre todo cuando el infarto es hemorrágico, se llegan a identificar alteraciones vasculares cerebrales como aneurismas o malformaciones arteriovenosas que no se habían manifestado y, por lo tanto, tampoco se habían identificado con anterioridad. Tal condición requiere intervención especializada inmediata. El propósito es no sólo determinar el tipo de lesión -isquémica o hemorrágica-, sino su ubicación y la posible causa del bloqueo circulatorio.
  • El tratamiento requiere de la participación de diversos especialistas -incluidos neurocirujanos-, exploración clínico-neurológica e imágenes de TC o RM. El pronóstico depende de la premura con que se establezcan diagnóstico y tratamiento. No hay posibilidades de sospechar, pronosticar o prevenir el riesgo de infarto Migrañoso.
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Tratamiento

  • Los recursos Médicos se distinguen según si se busca aliviar el estado crítico agudo, el llamado tratamiento sintomático o abortivo, o si se pretende intentar un tratamiento curativo.
  • Conviene recordar que las Migrañas, excepto en las circunstancias consideradas en los últimos incisos, ¡No son sujeto de manejo quirúrgico! También es necesario hacer notar, Los Resultados serán Insatisfactorios si se pretende atender las Migrañas mediante terapias como acupuntura, homeopatía, iridología, masoterapia o quiroprácticas o otras alternativas no formales o charlatanería.
  • En vista de que el síntoma 'Dolor' es acompañante obligado de un sin número de padecimientos y es el que doblega al enfermo, la oferta de analgésicos es grande y diversa, pues no todos los dolores ceden al mismo agente, y éste es el caso del Dolor Migrañoso, que requiere de tratamientos específicos, Abortivos con (Triptanos) ó Preventivos con (Neuromoduladores).

 

  • El Tratamiento que ofrezco es Formal, Integral, con apoyo de Exámenes Auxiliares de Diagnostico, es Médico Neurológico, Psiquiátrico y Psicoterapéutico, si fuese el caso de Cefaleas Tensionales…

 

          Dr. César S. Martínez Maldonado